Sin Manzanero no hay romance en la canción en español. Es tan peculiar la manera como este hombre interpreta su propia música y la proyecta a los sucesos de la vida de sus millones de oyentes como un relato del día a día sin adornos ni sobre-producción que opaque su candidez y encanto. Su voz no impone ni nos deja boquiabiertos sino que cumple con la función de hablarnos de manera simple como en una conversación íntima.
"Adoro" es uno de mis temas favoritos, dentro de los poquitos temas que suelo escuchar de Armando Manzanero, pero es imposible de ignorar cuando empiezan esas notas melancólicas justo antes de los primeros versos: "Adoro, la calle en que nos vimos / La noche cuando nos conocimos". Y sin ser una ráfaga de emociones como Camilo Sesto o Raphael ni una voz privilegiada como la de Nino Bravo por ejemplo, Manzanero como compositor e intérprete era una fresca alternativa a las exageradísimas historias románticas que muchos otros cantaban al amor en todas las formas melodramáticas posibles.
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