Unas simples notas de piano, una voz que se pasea delicadamente como haciendo equilibrismo entre el dolor, la rabia y la resignación pero sin llegar al estallido, lo mismo que el acompañamiento musical sin exagerar nada, además de la ausencia de una sección rítmica, todo contribuye para que la experiencia personal de Christina Perri convertida en canción te recuerde el momento en el que tu corazón se sintió más traicionado que nunca...y lo hace con clase. Poco a poco, la melodía, las palabras, la canción en su totalidad crece y se instala como un futuro clásico. Aquí mi #3 del 2011
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